Un joven (Bateleur) recibe una llamada en mitad de la noche: una señora le dice que su madre ha muerto. Bateleur hace años que no hablaba con ella, duda de si debe ir, duda de qué hacer con el cuerpo, duda si todavía está soñando. Una historia alucinatoria que trata de la relación madre-hijo, juventud-vejez y la dependencia tecnológica cada vez más presente en nuestra sociedad.

La relación de los miembros de la Compañía Alvaro Octavio Moliner surge en la Escuela de Arte Dramático de Valencia alrededor de los estudios de Direccción de Escena donde todos ellos se conocen en 2012. Con el paso de los años las colaboraciones han sido numerosas a través del Colectivo Isquion (con el que realizan varias obras) también en piezas audiovisuales.